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El invierno puede ser una temporada complicada para los perros, especialmente si las temperaturas son extremas. Aunque están cubiertos de pelo, no todos los perros tienen la misma tolerancia al frío, y es nuestra responsabilidad como dueños garantizar su bienestar durante esta época del año.
En este artículo, encontrarás consejos sobre alimentación, cuidado del pelo, higiene, uso de ropa de invierno, juegos para combatir el frío o cuidado de sus patas.
La alimentación es clave para mantener a tu perro fuerte y saludable durante el invierno.
Si tu perro pasa mucho tiempo al aire libre, puede necesitar una dieta con más calorías para mantener su temperatura corporal. Consulta con tu veterinario para ajustar las porciones o el tipo de alimento.
Aunque no sude tanto como en verano, tu perro sigue necesitando agua fresca. Asegúrate de que su bebedero no esté congelado si está al aire libre.
Considera añadir ácidos grasos Omega-3 para mantener su piel hidratada y evitar problemas de resequedad causados por el frío.
El pelaje de tu perro actúa como su abrigo natural, pero necesita un mantenimiento adecuado.
Cepilla a tu perro regularmente para eliminar pelos muertos y mantener su manto en óptimas condiciones. Esto también ayuda a distribuir los aceites naturales de la piel, evitando resequedad.
Si tu perro tiene un pelaje largo, evita recortarlo demasiado en invierno, ya que lo necesita para mantenerse caliente.
Usa champús y acondicionadores hidratantes para prevenir que su piel se reseque por el aire frío.
En invierno, es importante cuidar cómo y cuándo bañas a tu perro para evitar que se enfríe.
El baño frecuente puede eliminar los aceites naturales de su piel. Baña a tu perro solo cuando sea necesario.
Asegúrate de secarlo completamente después del baño, especialmente si tiene un pelaje grueso. Usa una toalla absorbente y, si es necesario, un secador en modo tibio.
No todos los perros necesitan ropa, pero para algunos, especialmente los de razas pequeñas o con poco pelo, puede ser algo a tener en cuenta.
Busca abrigos o suéteres que cubran el torso y el abdomen de tu perro, pero que no limiten su movimiento.
En días lluviosos o con nieve, un impermeable puede evitar que tu perro se enfríe demasiado.
Las botas protegen las patas de la nieve, el hielo y la sal que se usa para derretirla, que puede irritar sus almohadillas.
El frío no es excusa para dejar de ejercitar a tu perro. Aquí tienes algunas ideas para mantenerlo activo:
Jugar a tirar de la cuerda, buscar objetos o enseñar nuevos trucos son excelentes formas de ejercitarlo dentro de casa.
Si sales a pasear, hazlo por periodos más cortos para evitar que tu perro pase demasiado tiempo expuesto al frío.
Algunos perros disfrutan jugando en la nieve. Asegúrate de que tengan ropa adecuada y revisa sus patas después para eliminar trozos de hielo o sal.
Las patas de tu perro son especialmente vulnerables durante el invierno debido al contacto con superficies frías, hielo y sal.
Inspecciona sus patas después de cada paseo para detectar grietas, cortes o irritaciones.
Usa bálsamos especiales para almohadillas para mantenerlas suaves y protegidas.
Lava sus patas al regresar de un paseo para eliminar restos de sal o productos químicos que puedan ser tóxicos.
Si tu perro pasa la mayor parte del tiempo dentro de casa, aún hay aspectos que debes considerar:
Proporciónale una cama suave y cálida, lejos de corrientes de aire o pisos fríos.
Usa un humidificador para evitar que el aire seco del invierno irrite su piel.
Mantén la casa a una temperatura adecuada para que tu perro no sufra de frío.
El invierno puede debilitar el sistema inmunológico de los perros.
Antes del invierno, lleva a tu perro al veterinario para asegurarte de que esté sano y protegido contra enfermedades.
No descuides su calendario de vacunación y mantén al día su desparasitación, ya que algunos parásitos pueden persistir en invierno.
Cuando las temperaturas bajan demasiado, es crucial tomar precauciones adicionales:
Reduce el tiempo que tu perro pasa fuera y evita las horas más frías del día.
Si tu perro pasa tiempo en el exterior, asegúrate de que tenga un refugio cálido, seco y protegido del viento.
El anticongelante puede ser fatal si tu perro lo ingiere. Límpialo inmediatamente si se derrama en el suelo.
El frío puede afectar el estado de ánimo y la energía de tu perro.
Si notas que está letárgico, come menos o parece incómodo, consulta con un veterinario.
Mantén una rutina de alimentación, ejercicio y descanso para que se sienta seguro y feliz.
Cuidar a tu perro durante el invierno implica una combinación de atención al detalle y adaptación a sus necesidades específicas. Desde ajustar su dieta y proteger su pelaje hasta mantenerlo activo y asegurarte de que esté seguro en días fríos, cada pequeño gesto cuenta para garantizar su bienestar. Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar del invierno junto a tu mejor amigo de manera saludable y feliz.
¡Porque el frío no tiene por qué ser un problema para disfrutar juntos!
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