El plástico hace posible que la fresa no toque la tierra de manera que permanece siempre limpia. Además permite mantener la humedad en el suelo, con lo que se precisa un menor uso de agua y fitosanitarios. Además con el acolchado negro se impide el crecimiento de las malas hiebas y aumenta la precocidad y producción.
Esta técnica defiende los cultivos y el suelo de la acción de los agentes atmosféricos, que desecan el suelo, enfrían la tierra y la lavan arrastrando los fertilizantes necesarios para el desarrollo de las plantas
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