A punto para la recogida de la castaña

Llega el otoño, una de las épocas más importantes en muchas zonas de la península. Con él llega la época de recogida de la castaña, fruto del que dependen agricultura y turismo a partes iguales. En la zona de Valdeorras, Ancares y El Bierzo la castaña no se recoge, se “paña” o “apaña”. Y como si de un signo de identidad se tratase, el castaño se constituye como símbolo durante las próximas semanas.

En menos de un mes comenzará la recogida de la castaña. La cosecha del pasado año estuvo marcada por la crisis sanitaria, aunque también por la calidad del producto. Si bien no se produjo en abundancia debido a la avispilla del castaño, la excelente calidad marcó la diferencia. Las previsiones para este año son similares aunque se espera un ligero repunte en la cantidad de producto.

No solo es el árbol que domina muchas comarcas cercanas creciendo por doquier. Es también la tradición del magosto durante el mes de noviembre. O su madera que desde siempre ha servido de sustento a las edificaciones. También ha sido el árbol que quitó el hambre a muchas familias durante tiempos difíciles del siglo pasado. Sin mencionar el valor nutricional de la castaña y sus hidratos de carbono, sus derivados, o el turismo que genera.

El Puente del Pilar suele dar el pistoletazo de salida a la recogida de la castaña y en Ricardo Terán S.L. ya nos hemos preparado. Diferentes productos para la recolección clásica como cestos, cajas o guantes de vendimia esperan ya en nuestras tiendas para lanzarse a la recogida.

Es precisamente en la recogida cuando tenemos nuestro primer contacto con tan nutritivo fruto. Y hemos de mimarlo al máximo desde que lo tomamos en nuestras manos. Ya sea para su degustación o para su transformación, estamos ante un recurso económico de primera magnitud. Su abundancia en zonas de montaña, a menudo olvidadas, hace que surjan nuevas oportunidades para los habitantes de estos pueblos.

Pero su potencial económico no debe hacer olvidar su valor nutritivo y el placer de su degustación. Ahora, los chefs más vanguardistas le están dando su lugar también en los restaurantes. Y aunque tradicionalmente no se le ha dado siempre el reconocimiento que merece en los territorios, no se renuncia a los magostos cada otoño. Los vecinos se reúnen en torno al fuego sobre el que se asan las castañas dentro del chambombo.

Ya huele a otoño, a tierra húmeda y la luz de los días cada vez más cortos nos traerá paisajes y momentos mágicos. Dejémonos sumergirnos en la cultura del castaño y aprovechemos para pasear. En cualquier zona en la que el castaño sea protagonista encontraremos rutas, sendas, ríos y caminos por los que perdernos. Reponer fuerzas junto al fuego tras estos paseos otoñales degustando castañas asadas, es la culminación de la felicidad.